INSOMNIO

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“Cuando los distintos sistemas de órganos internos están enfermos, la esencia no es capaz de descansar en sus lugares designados, entonces uno se acuesta pero no puede descansar. Es decir, cuando hay un desequilibrio interno y el cuerpo está utilizando recursos esenciales para corregir tal desequilibrio, una persona no es capaz de dormir.”

Antes de recurrir al tratamiento farmacológico deberemos determinar cuales son los hábitos del individuo y determinar si hay una patología de base que contribuya a no tener un sueño reparador y saludable.

El trastorno del sueño más frecuente es el insomnio. Consiste en la dificultad para dormir, ya sea para conciliar o mantener el sueño, o bien cuando el sueño no es reparador.

Las personas acostumbran a dormir entre 7 y 8 horas sin interrupción, en general por la noche y cada 24 horas, siguiendo un ritmo circadiano.
Durante el sueño, el cerebro realiza de forma natural un proceso que permite al cuerpo regenerarse y recuperarse; cuando este proceso se ve alterado por el insomnio, el sueño no es reparador.

La duración del insomnio es la guía más importante para su evaluación y tratamiento. Puede ser:

  • Transitorio o agudo, de poca duración, desde unos días a un máximo de 3 semanas. Las causas más frecuentes son: el estrés, la angustia, el cansancio, la pérdida de un ser querido, una hospitalización, el dolor, el exceso de café y bebidas estimulantes, el tabaco y el alcohol. También durante la retirada de barbitúricos o benzodiacepinas, que deprimen el sistema nervioso central.
    Se puede conseguir una buena recuperación modificando los hábitos, pero cambiar las pautas y su efecto no es inmediato y muchas personas abusan del consumo de fármacos inductores del sueño.
  • Secundario o crónico, de larga duración, desde tres semanas a varios años. Está causado por otra patología, como los trastornos psiquiátricos, sobre todo, la depresión endógena, los trastornos de ansiedad y obsesivo-compulsivos, abuso de fármacos y alcohol. Otras enfermedades –como la hipertensión arterial, insuficiencia cardíaca, hipertiroidismo, asma, enfermedades reumáticas, fibromialgia, Parkinson o patologías dolorosas– pueden asociarse al insomnio, debido a la propia enfermedad o al tratamiento. Si se mantiene el insomnio, a la larga aparecen otros problemas físicos y mentales como el cansancio, la dificultad en la concentración y atención o problemas de memoria e irritabilidad. El insomnio es una de las causas de sobremedicación más frecuente. Se trata con medidas terapéuticas generales para disminuir la ansiedad e instalar hábitos de sueño regulares: horario regular para acostarse y levantarse, ejercicio físico, disminuir el abuso de hipnóticos y alcohol, y con la ayuda de la psicoterapia.

Medicina tradicional china
Según la MTC, las 24 horas del día oscilan entre el Yin y el Yang. La noche es el periodo más Yin, asociado a la quietud, la oscuridad, el frío; y el día es el más Yang, asociado a la luz, la actividad, el calor.
El sueño depende del elemento Fuego (uno de los cinco elementos de la MTC) y el corazón es su órgano más importante. Las funciones del corazón van más allá del propio órgano, influyendo en la actividad mental y el sueño. Durante el día, cuando nuestro cerebro está en pleno rendimiento, la actividad cerebral depende del Yang.
El Yin va disminuyendo a lo largo del día a causa de nuestra actividad cerebral y, por la noche, con el reposo y el sueño, vuelve a recuperarse. Dormir, especialmente por la noche que es el periodo más Yin, conlleva que al día siguiente estemos renovados. Si se padece de insomnio, la función de este sistema está desequilibrada, por eso utilizaremos puntos de acupuntura del meridiano de corazón para tratar el insomnio, según el desequilibrio energético.
Cuando no se duerme bien durante un largo periodo de tiempo, nuestro cuerpo refleja una situación de desequilibrio en la que predomina el Yang, que puede conducir a que no podamos conciliar el sueño porque necesitamos una situación más tranquila, más Yin, de nuestro cuerpo y mente para poder dormir bien.

Tras el aparente reposo de una persona durmiendo existe un esfuerzo generoso del organismo para reparar y regenerar tejidos, eliminar radicales libres, reequilibrar su medio interno, almacenar recuerdos, y todo ello, a través de múltiples mecanismos de feed-back mediados por neurotransmisores y hormonas, con el objetivo de preparar a la persona para un nuevo despertar, para una nueva vigilia con la energía suficiente para poder afrontarla sin sintomatología alguna.

La clasificación internacional de los Trastornos del Sueño considera al insomnio como una disomnia (alteración de la calidad y la cantidad del sueño).

En la literatura clínica médica de la Medicina Tradicional China podemos encontrar la información necesaria sobre los Trastornos del Sueño, dentro de los cuales el insomnio tiene una definición propia y adquiere tal dimensión en nuestra sociedad que existen especialistas médicos que  se dedican exclusivamente a estudiar y tratar el insomnio.

Desde el Centro de Medicina Tradicional China KunLun consideramos los Trastornos del Sueño, en casos concretos, insomnio, un síntoma resultado de alteraciones epigenéticas, y como tal, mediado por múltiples desequilibrios de mecanismos psiconeuroendocrinos a través de los cuales podemos actuar para regularlo.

Es conocido el factor anímico como un determinante de nuestra calidad y cantidad de sueño, así podemos utilizar nuestra dificultad para dormir adecuadamente como un sistema de alarma que nos hace tomar consciencia de nuestra alegría y bienestar emocional y por lo tanto poder abordar nuestro problema desde aquí.

Podemos encontrar personas con insomnio donde un factor primordial está en el abuso del uso de pantallas, sabemos que a través de los rayos azules que éstas desprenden, se genera dopamina y cortisol, pudiendo disminuir la melatonina, hormona que ayuda a inducir el sueño en las primeras fases del mismo.

Habrá otras personas en las que  la dieta sea el factor determinante con relación a su insomnio. Tan de moda que están las dietas pobres en carbohidratos (sobre todo durante la cena) para perder peso, sabemos que un pequeño aporte de carbohidrato integral saludable puede ayudar a que el triptófano cruce la barrera hematoencefálica facilitando un sueño reparador.

Aunque bien conocido es el efecto del café en relación a los trastornos del sueño, quizás no sabemos que el chocolate puede aumentar también los niveles de cortisol en sangre y eso aumentar el nivel de alerta del organismo, interaccionando así en la fase de sueño.

También sabemos que dietas ricas en glicina y magnesio estimulan el sistema parasimpático y disminuyen la temperatura corporal, todo ello factores que ayudan a tener un sueño reparador.

Los Trastornos del Sueño pueden ser consecuencia también de alguna dolencia física o efectos secundarios a la ingesta de algunos fármacos de uso común en nuestra sociedad.

Así pues, el abordaje de un individuo que refiere un Trastorno del Sueño, a veces insomnio debe ser individualizado y con un enfoque, en ocasiones, multidisciplinar.

Desde la Medicina China, se puede ayudar a regular la alteración del sueño, necesitando previamente un diagnóstico a través de la sintomatología y completado con una exploración física donde el pulso y la lengua tienen mucho que decir del individuo. Podemos encontrar como causa de insomnio personas con estrés, dieta inadecuada, toma de antinflamatorios… o una mezcla de todas ellas, que manifiesten el insomnio a través de un “fuego de hígado” o un “vacío de Yin de Riñón” , dos síndromes entre otros posibles, que aunque la causa sea aparentemente la misma la regulación se hará de manera muy diferente.

También terapias como el Masaje Tradicional Chino o TUINA  y la Terapia Neural pueden ayudar a regular un trastorno del sueño a través del estímulo del Sistema neuroendocrino del individuo.

Desde El Centro de Medicina Tradicional China KUNLUN confiamos en la autorregulación del organismo y antes de llegar al tratamiento farmacológico de un Trastorno del Sueño (a veces necesario) proponemos  diferentes alternativas para regularlo que potencian los mecanismos propios de nuestro organismo a través de las terapias expuestas y modificando algunos hábitos que nos producen estados de “hiperalerta” de una manera automatizada e inconsciente, desencadenando  los llamados Trastornos del Sueño, llegando a veces a desarrollar un Insomnio

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